lunes, 18 de mayo de 2020

Actus Magno. El día en que me volví conejo.

Hace algunos años, tenía por afición caminar por la ciudad. En una de mis caminatas hacia una librería, vi un cartel de circo disfrazado de anuncio de un taller de animación a la lectura. ¡Qué oportuno!, pensé. y sí fue muy oportuno, más no por los motivos que yo creí en aquel momento.

El curso fue motivante, y muy útil para mi trabajo como maestra. Al mismo tiempo fue un reencuentro con la literatura infantil y juvenil que tanto me gusta. Algunos de mis compañeros tomaban más cursos con la maestra Yolanda, cursos de escritura creativa. En aquel momento no me pude integrar porque ya estaban muy avanzados pero tomaron mis datos para informarme del inicio del curso siguiente.

Yo también tomé los datos de la maestra y con frecuencia le enviaba correos electrónicos: ¿ya, maestra? ¿ya va a abrir el nuevo curso?

Fruto de uno de esos talleres es la antología Actus Magno, en la que tuve la oportunidad de participar con un cuento al que titulé Impromptu. 

Dejo aquí el libro, para quien guste leerlo. 

Actus Magno by Luisa Amelia Bañuelos on Scribd

martes, 21 de abril de 2020

Día de la Educadora: Jejerejé

El 21 de abril se celebra el día de la Educadora. Como parte del festejo, quiero compartir una rima que escribí hace algunos años.

Jejerejé

Esta niña linda es Jejerejé

Este es el crayón mágico 
de Jejerejé

Esta es la mano curiosa
que tomó el crayón mágico
de Jejerejé.

Estas son las relucientes mesas 
sobre las que la mano curiosa
probó el crayón mágico 
de Jejerejé.

Este es el entrañable cuento 
que llenó las relucientes mesas 
sobre las que la mano curiosa
probó el crayón mágico 
de Jejerejé.

Estas son las apacibles manos 
que hojearon el entrañable cuento 
que llenó las relucientes mesas 
sobre las que la mano curiosa
probó el crayón mágico
de Jejerejé.

Estos son los risueños trazos 
que guiaron las apacibles manos 
que hojearon el entrañable cuento 
que llenó las relucientes mesas 
sobre las que la mano curiosa
probó el crayón mágico
de Jejerejé.

Esta
es la amable profesión 
que hoy ejerce gustosa
Jejerejé.







domingo, 19 de abril de 2020

La cigarra y la hormiga. Una nueva fábula: Frederick

De niña, escuché muchas fábulas. Y me gustaba. He de confesar que me encantaba llegar al final y leer con voz solemne: Moraleja (todavía me gusta, sigo confesando). Leí muchas, principalmente de Samaniego y de Esopo.

Una de las fábulas que ha dado muchas vueltas en mi cabeza en diferentes épocas de mi vida es La cigarra y la hormiga. En una ocasión la leí para mis alumnas del kinder y las niñas quisieron hacer una representación después de la lectura. Todas quisieron representar a la hormiga y como se necesitaba una cigarra para continuar con el juego, se decidió que ese papel me pertenecía.

Me divertí mucho jugando a cantar e inventar canciones mientras mis niñas-hormigas me invitaban a trabajar con ellas. A manera de contraataque, yo las invitaba a cantar conmigo simulando tocar una guitarra e inventando rimas sin sentido y notaba cómo algunas niñas sonreían y cantaban conmigo. Las más "responsables" me regañaban y tomaban a sus compañeras de la mano para dirigirse a la casa que improvisaron con almohadas debajo de una mesa.

Llegó el invierno, y desde mi palmera improvisada veía a las niñas felices en su casa de almohadas. Su felicidad aumentaba a medida que el "llanto" y las "súplicas" de la solitaria y hambrienta cigarra tocaban a su acolchada puerta. Como trabajo en un preescolar, el cuento no dejaba a la cigarra abandonada a su suerte, sino que muestra el gran corazón de las hormigas que permiten la entrada de la arrepentida cigarra a su acogedora y cálida vivienda. Esto, claro, a cambio de la promesa de trabajo duro el siguiente verano.


Y quién lo iba a decir, en estos tiempos de cuarentena, las hormigas se han recluído en pleno verano. Y las cigarras cantan. Cantan desde sus casas, entreteniendo a distancia a las inquietas hormigas. Ha sido un gusto navegar por la internet y ver artistas de diferentes disciplinas ofreciendo su trabajo a los demás. Hemos tenido la oportunidad de ver funciones de circo, conciertos, teatro, danza... Nos han regalado libros digitales y los cuenteros y narradores nos han regalado muchas historias.

Mis queridas hormigas, demos gracias a las cigarras que no nos hicieron caso, que siguieron cantando a pesar de los inviernos. Gracias a estas cigarras, nuestro encierro ha sido llevadero y hemos conservado nuestra cordura. Sirvan estos tiempos para abrazar a nuestros artistas. Escuchemos nuevas fábulas * y cuando este tiempo pase, reconozcamos (y remuneremos) la profesionalidad de quienes se dedican a las artes.


* En el video leo el cuento infantil Frederick, de Leo Lionni. Editado por Kalandraka. Los derechos del cuento son del autor y la editorial.